Historia única e inolvidable



No pretendas entender un hecho inexistente. Estuvimos juntos y nos amamos. Puedo decir con certeza que el ego destruyo nuestra unión. Escribo sobre papel, para acoplar mis ideas de mejor manera. Intento, pero no puedo poner el cinismo de un lado. Me gusta la dificultad y el drama. Me gusta tenerte. Tenerte en la palma de mi mano y moldearte a placer, jugar contigo y tus emociones sin remordimiento en mi corazón de piedra. No quiero ser el villano de la película, ni la historia. No pretendo ser entendido por las masas, pero acéptalo, nuestra historia fue una creación de hechos inoportunos. Una conexión dentro del marco inusual de nuestra sociedad. Nos acercamos porque permitimos que el viento juegue con nosotros, los olores acoplaron perfectamente nuestros sentidos y nos hechizaron. Lo corporal nos condenó, nos llevó a la destrucción de nuestra alma y creencias. Puedo recordar la tarde de jueves, cuando me acerqué al café de la esquina, por el exquisito olor a pan recién horneado y Té Chai. Te vi sentada leyendo un libro nunca antes visto por mis ojos. Tú volteaste y me miraste de reojo, para que no notara tú mirada penetrante. Desde esa tarde nuestra historia comenzó. Al pedir un Té Chai y acercarme sin vergüenza ni remordimiento a hablarte. Una historia parecida a las otras, pero a la vez diferente. Tal vez no quiero permitir que tu belleza se aleje de mí. Tu vestir y caminar natural, tu habla prolija. Tu ser único en muchas maneras que altera una mente y corazón novatos como el mío. Tus 23 años, me enseñaron tantas cosas y entregaron aventuras inigualables, para un hombre apenas de 18 años. Mí ser se abrió a diferentes oportunidades y hechos. Mí ser se destruyo y creó algo renovado. Una relación de hechos inexistentes, un amor de ocasiones inoportunas. Una idea de perfección hacia los ojos de un mortal. Una idea de perfección, culminando con las creencias patéticas. Cinismo, odio, remordimiento, amor, alegría, regocijo. No queda más que alejarse de la destrucción del alma, esperar que nos volvamos a encontrar en un futuro cercano, por el olor a pan recién horneado en una ciudad extraña, con mentalidades diferentes y preparados para llegar a donde los mortales nunca podrían llegar.

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