Mundo paralelo .

Poder recordar el pasado. Poder recordar el momento majestuoso que creo un mundo paralelo por un segundo. Un mundo donde nos perdimos dentro de nuestros deseos, dentro de nuestros momentos irracionales, de nuestros instantes revolucionarios hacia el mundo de las ideas. Nos perdimos cual dos niños en un campo de trigo, metidos en sus ideas imposibles pero a la vez impresionantes. Creamos un hecho, una historia, un momento donde nuestros cuerpos se volvieron adictos a la seducción. A desatar con movimientos precisos el deseo más recóndito del otro. A desatar una conexión que no podría ser destruida por el cinismo del momento. Por saber que iba a ser una historia con final. Por saber que la vida en sí, no nos permitía estar juntos más que en nuestro mundo creado por nuestras ideas. Jugaba con nosotros, hasta destruirnos cada noche que jugábamos a ser amantes de las ideas de lujuria. Pero sin preámbulo no nos detuvimos y nuestro mundo paralelo cada vez comenzó a ser nuestro mundo verdadero. Escondidos detrás mascaras. Sólo la noche conocía nuestra historia de momentos perfectos. La noche era nuestro aliado, nuestra protección, nuestro vil servidor. Poder recordar, el momento cuando todo comenzó, siendo niños jugando a ser grandes.